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martes, 15 de febrero de 2011

Safo





Me parece el igual de un dios, el hombre

que frente a ti se sienta, y tan de cerca

te escucha absorto hablarte con dulzura

y reírte con amor.





Eso, no miento, no, me sobresalta

dentro del pecho el corazón; pues

te miro un solo instante, ya no puedo

decir ni una palabra,

la lengua se me hiela, y un sutil

fuego no tarda en recorrer mi piel,

mis ojos no ven nada, y el oído

me zumba, y un sudor

frío me cubre, y un temblor me agita

todo el cuerpo, y estoy, más que la hierba,

pálida, y siento que me falta poco

para quedarme muerta.










Ἔρος δ’ ἐτίναξέ μοι

Eros me sacudió el alma

φρένας ὠς ἄνεμος κὰτ’ ὄρος δρύσιν ἐμπέτων.

como un viento que en monte sobre los árboles cae.

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