"...Quizás eso es lo que llevó a los teólogos Cristianos a
demonizar a Pan; pues percibieron en él un poderoso competidor de Jesús en los
corazones de la gente. Esta demonización no fue accidental, sino un giro
deliberado de los ideales paganos; el cristianismo extendía sus ideas
por Europa. Después que el Concilio de Nicea y el Credo de Nicea y la Iglesia
Católica Romana fueran fundados en 325 d.C. los teólogos cristianos (empezando
por Eusebio) transformaron a Pan de dios benigno de la naturaleza a Satanás, el
gran adversario.
Hay algunas evidencias de que, de hecho, Pan pudo ser
asociado con Jesucristo. La conexión puede no parecer evidente en un principio:
¿cómo puede un “dios menor” del gran Panteón griego tener nada que ver la
figura central de una religión monoteísta escatológica?
La mera sugerencia de esta idea podría conseguir que alguien
fuera quemado en la hoguera durante la Inquisición Española. Pero las
similitudes están ahí. Por ejemplo, ambos eran pastores en cierto modo, y
además, ninguno de ellos era totalmente divino: Jesús era cien por cien humano
y cien por cien divino al mismo tiempo, Pan era también un dios y “también un
ser terrenal, por virtud de su madre Dryope, su ocupación y su asociación con
el hombre. Esta fusión de lo humano y lo divino en una criatura llevó a muchos
poetas cristianos tardíos, como Milton, a describir a Pan como una
prefiguración pagana de Jesucristo” (Baker 11).
Desde el punto de
vista de la Iglesia, el obvio problema de comparar Pan con Jesus, sería
la increíble virilidad de Pan. Jesús nunca fue
representado como un ser sexual, y aun hoy la gente sigue sintiendo
culpabilidad por el sexo, como si este fuera un acto profano. Y pan era
descaradamente
libidinoso.
Con representaciones como estas, la imagen de Pan estaba más lejos de la de Jesús de lo que lo podría estar cualquier otra
deidad. Ningún miembro del clero se atrevería a hacer comparaciones entre ellos
cuando el contraste era tan evidente, así que los poetas solos alimentaron esta figura de Pan-Jesucristo.
Esta sexualidad de
Pan, combinada con su rostro moralmente insano, dio a los ascetas
exactamente lo que necesitaban. Pues nunca había
sido atractivo para empezar, y los Cristianos estaban acostumbrados a
asociar
la fealdad con el mal (deformaciones y plagas de todo tipo se
consideraban
castigo de Dios por los pecados cometidos).
No es difícil ver aquí cómo la desenfrenada sexualidad de
Pan tan pecaminosa para los Cristianos, le hicieron un candidato ideal para la
demonización. Esta difamación de un dios pastoral fue parte de una enorme
campaña de propaganda religiosa diseñada para sembrar temor al diablo (pues el
temor a Dios parecía no funcionar) en los corazones de la gente, así los
Cristianos tendrían varios panteones de antiguos dioses que conquistar y una
personificación del mal eficaz para ayudar a la gente en este proceso.
Gracias al cristianismo, Pan se convirtió, literalmente, en el más grande chivo
expiatorio del mundo.
Con Pan y los otros dioses paganos, la sexualidad siempre
fue algo con lo que disfrutar y a la gente gustaba de imitar a los dioses.
Intentar calmar los deseos e imitar el celibato de Jesús fue por tanto demasiado
pedir, pues incluso simplemente restringir la sexualidad al matrimonio era (y es)
un problema.
Nadie sentía con más intensidad esto, aparentemente, que San
Agustín de Hipona, que en sus Confesiones despotricaba profundamente sobre los
peligros de la sexualidad. Él fue el primero en demonizar a Pan específicamente
por su sexualidad (aprox. 400 d.C.), yendo más allá de la tendencia general
cristiana de equiparar deidades paganas con los demonios en general.
Las ideas de Agustín fueron trasladadas a América por los
Puritanos siglos después; que pensaban que, de hecho, el diablo, con cuernos y
patas de cabra, vivían en el bosque alrededor de Plymouth. Por supuesto, el
mito de su diablura fue ampliamente difundido y destacó durante toda la Edad
Media. La Iglesia hizo propaganda de la imagen de Pan como el diablo para dar
una cara fea a todas las tentaciones de Satán, pero preocupándose especialmente
por apagar la naturaleza libidinosa del populacho, entonces ¿por qué no escoger
una criatura aún más fea para simbolizar el mal absoluto?
Esta imagen de Satán como Pan persiste en las denominaciones
fundamentales hoy, y pueden verse en adaptaciones del comic de C.S. Lewis “The Screwtape Letters”. Un diablo
cornudo con patas de cabra apareció en la película Legend, y sin duda como
caricatura en las películas de terror. Estas tontas ideas sobre la imagen de
Satán como Pan son todas gracias a los pioneros esfuerzos de Eusebio y Agustín,
cuyas ideas fueron perpetuadas y adornadas posteriormente por toda una horda de
sacerdotes celosos.
En todas las fuentes antiguas y evidencias arqueológicas,
Pan era obviamente ampliamente venerado, en lugar de muy temido. Fueron sólo
los valores ascéticos de la tradición judeo-cristiana los que lo condenaron a
jugar el rol del tipo malo definitivo. De hecho “es una opinión extraña en una
moral cambiada que este dios debiera haber sido convertido en el diablo por los
teólogos cristianos” (Woods 86), pues él era el dios de la naturaleza, y por
tanto se comportaría de manera natural, y no como la encarnación del mal."
- Fragmentos de La demonización de Pan, Kevin Hearne, 1998
http://www.mesacc.edu/~thoqh49081/StudentPapers/pan.html
- Fragmentos de La demonización de Pan, Kevin Hearne, 1998
http://www.mesacc.edu/~thoqh49081/StudentPapers/pan.html