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viernes, 17 de octubre de 2014

Call me Satan



"...Quizás eso es lo que llevó a los teólogos Cristianos a demonizar a Pan; pues percibieron en él un poderoso competidor de Jesús en los corazones de la gente. Esta demonización no fue accidental, sino un giro deliberado de los ideales paganos; el cristianismo extendía sus ideas por Europa. Después que el Concilio de Nicea y el Credo de Nicea y la Iglesia Católica Romana fueran fundados en 325 d.C. los teólogos cristianos (empezando por Eusebio) transformaron a Pan de dios benigno de la naturaleza a Satanás, el gran adversario.

Hay algunas evidencias de que, de hecho, Pan pudo ser asociado con Jesucristo. La conexión puede no parecer evidente en un principio: ¿cómo puede un “dios menor” del gran Panteón griego tener nada que ver la figura central de una religión monoteísta escatológica?
La mera sugerencia de esta idea podría conseguir que alguien fuera quemado en la hoguera durante la Inquisición Española. Pero las similitudes están ahí. Por ejemplo, ambos eran pastores en cierto modo, y además, ninguno de ellos era totalmente divino: Jesús era cien por cien humano y cien por cien divino al mismo tiempo, Pan era también un dios y “también un ser terrenal, por virtud de su madre Dryope, su ocupación y su asociación con el hombre. Esta fusión de lo humano y lo divino en una criatura llevó a muchos poetas cristianos tardíos, como Milton, a describir a Pan como una prefiguración pagana de Jesucristo” (Baker 11). 

Desde el punto de vista de la Iglesia, el obvio problema de comparar Pan con Jesus, sería la increíble virilidad de Pan. Jesús nunca fue representado como un ser sexual, y aun hoy la gente sigue sintiendo culpabilidad por el sexo, como si este fuera un acto profano. Y pan era descaradamente libidinoso.

Con representaciones como estas, la imagen de Pan estaba más lejos de la de Jesús de lo que lo podría estar cualquier otra deidad. Ningún miembro del clero se atrevería a hacer comparaciones entre ellos cuando el contraste era tan evidente, así que los poetas solos alimentaron esta figura de Pan-Jesucristo. 

Esta sexualidad de Pan, combinada con su rostro moralmente insano, dio a los ascetas exactamente lo que necesitaban. Pues nunca había sido atractivo para empezar, y los Cristianos estaban acostumbrados a asociar la fealdad con el mal (deformaciones y plagas de todo tipo se consideraban castigo de Dios por los pecados cometidos).

No es difícil ver aquí cómo la desenfrenada sexualidad de Pan tan pecaminosa para los Cristianos, le hicieron un candidato ideal para la demonización. Esta difamación de un dios pastoral fue parte de una enorme campaña de propaganda religiosa diseñada para sembrar temor al diablo (pues el temor a Dios parecía no funcionar) en los corazones de la gente, así los Cristianos tendrían varios panteones de antiguos dioses que conquistar y una personificación del mal eficaz para ayudar a la gente en este proceso. Gracias al cristianismo, Pan se convirtió, literalmente, en el más grande chivo expiatorio del mundo.

Con Pan y los otros dioses paganos, la sexualidad siempre fue algo con lo que disfrutar y a la gente gustaba de imitar a los dioses. Intentar calmar los deseos e imitar el celibato de Jesús fue por tanto demasiado pedir, pues incluso simplemente restringir la sexualidad al matrimonio era (y es) un problema.

Nadie sentía con más intensidad esto, aparentemente, que San Agustín de Hipona, que en sus Confesiones despotricaba profundamente sobre los peligros de la sexualidad. Él fue el primero en demonizar a Pan específicamente por su sexualidad (aprox. 400 d.C.), yendo más allá de la tendencia general cristiana de equiparar deidades paganas con los demonios en general.

Las ideas de Agustín fueron trasladadas a América por los Puritanos siglos después; que pensaban que, de hecho, el diablo, con cuernos y patas de cabra, vivían en el bosque alrededor de Plymouth. Por supuesto, el mito de su diablura fue ampliamente difundido y destacó durante toda la Edad Media. La Iglesia hizo propaganda de la imagen de Pan como el diablo para dar una cara fea a todas las tentaciones de Satán, pero preocupándose especialmente por apagar la naturaleza libidinosa del populacho, entonces ¿por qué no escoger una criatura aún más fea para simbolizar el mal absoluto?

Esta imagen de Satán como Pan persiste en las denominaciones fundamentales hoy, y pueden verse en adaptaciones del comic de C.S.  Lewis “The Screwtape Letters”. Un diablo cornudo con patas de cabra apareció en la película Legend, y sin duda como caricatura en las películas de terror. Estas tontas ideas sobre la imagen de Satán como Pan son todas gracias a los pioneros esfuerzos de Eusebio y Agustín, cuyas ideas fueron perpetuadas y adornadas posteriormente por toda una horda de sacerdotes celosos. 

En todas las fuentes antiguas y evidencias arqueológicas, Pan era obviamente ampliamente venerado, en lugar de muy temido. Fueron sólo los valores ascéticos de la tradición judeo-cristiana los que lo condenaron a jugar el rol del tipo malo definitivo. De hecho “es una opinión extraña en una moral cambiada que este dios debiera haber sido convertido en el diablo por los teólogos cristianos” (Woods 86), pues él era el dios de la naturaleza, y por tanto se comportaría de manera natural, y no como la encarnación del mal."

- Fragmentos de La demonización de Pan, Kevin Hearne, 1998

http://www.mesacc.edu/~thoqh49081/StudentPapers/pan.html