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lunes, 20 de mayo de 2013

Mujeres paganas.


Son mujeres que quieren hacer de éste un mundo más vivible.

Son mujeres que se dieron cuenta que el cambio que desean ver en el mundo, está en sus manos.

Son mujeres que se sienten hijas de la Pachamama, de Pullowi, de Gaia.

Son mujeres que creen en la horizontalidad de las relaciones.

Son mujeres que saben que el sistema patriarcal fracasó.

Son mujeres que se atreven a ser distintas.

Son mujeres que se atreven a darle una educación diferente a sus hij@s.

Son mujeres que se atreven a decir “no” y “basta”.

Son mujeres que se atreven a correr con los lobos.

Son mujeres que se permiten ser compasivas consigo mismas.

Son mujeres que se atreven a caminar despeinadas.

Son mujeres que admiran y honran la vejez y la sabiduría.

Son mujeres que no creen en la superioridad.

Son mujeres que saben que el IQ no sirve para gran cosa.

Son mujeres que juegan y bailan con sus hij@s en cualquier lugar de la ciudad.

Son mujeres que lloran, se deprimen, y se cansan más cuando están ovulando y no se sienten disminuidas por ello.

Son mujeres que aprendieron a reírse de sí mismas.

Son mujeres que saben que ser llamadas Brujas es un gran elogio.

Son mujeres que sienten a tod@s l@s niñ@s del mundo como sus hij@s.




jueves, 2 de mayo de 2013

Por qué no "casarme" ni tener descendencia.

Partimos de la base de que somos seres humanos racionales, inteligentes, y que podemos analizar la realidad que nos rodea y nuestras decisiones se basarán en este análisis “consciente” del entorno.
¿Necesitamos reproducirnos? ¿Nuestros genes están compitiendo con otros para quedarse? Puede que sí, y puede que no, puede que haya genes que se quedan, genes que se van, genes que se extinguen, pero ¿tengo yo el instinto de procrear y perpetuar los míos? ¿Cuándo he perdido ese instinto? Sí, tengo ese “instinto”, ya sea con un origen biológico o sociocultural, me apetece dar vida y cuidar de otro ser humano para que pueda progresar y tener una existencia rica y plena en este planeta.

¿En qué momento decido que no me importa si esta persona es biológicamente y directamente descendiente mía? Quizás en el momento en el que soy consciente de que todos venimos de la misma parte y todos componemos una gran “familia”, que por unas circunstancias u otras, por unas reconfiguraciones genéticas y medioambientales u otras, tiene determinadas características diferenciales. Pero nuestro origen es el mismo, nuestra madre es la vida, la tierra, todos vivimos juntos y conectados entre nosotros. ¿Realmente importa el matiz de “haber salido directamente de mis genes mezclados con los de otra persona”? La mayor parte de lo que biológicamente soy, lo que es mi cuerpo, mis órganos, etc., ¿no está también presente en el cuerpo de otros seres humanos?

¿No debo yo dar la vida, cuidar y contribuir al desarrollo de otra persona, que al fin y al cabo, aunque no haya salido de mí y no se haya gestado en mi vientre, es igualmente mi hermano o hermana? ¿El amor entre nosotros habría ser menor y diferente? ¿Por qué?

Está demostrado que los vínculos de sangre no son garantía alguna de amor y bienestar, esos vínculos familiares que reflejan en típicas expresiones como “sangre de mi sangre” son más un espectro psicológico mitificado que algo físico que realmente influya para bien en nuestro desarrollo. Ya eso no tiene sentido, hoy uno puede encontrar familia fuera de su línea directa de sangre. Muchos de tus amigos pueden ser más familia que algunos de tus parientes más cercanos. Lo que nos hace sentirnos cercanos y “familia” de los que nos rodean es más el hábito, la convivencia y los vínculos que forjamos con nuestras experiencias, que la propia sangre o genética.  ¿Vamos a seguir creyendo que toda esa visión simplista y tradicional tiene actualmente sentido?

No necesito emparejarme ni reproducirme para tener una vida plena. Eso, que en un principio se supone que tiene un sentido instintivo y de supervivencia, hoy lo pierde todo, y empieza a ser algo psicológico. ¿Por qué buscar un aliado (que en muchos casos se acaba convirtiendo en un enemigo destructivo) en una sola persona? ¿Por qué no admitir que todos estamos con todos y empezar a comportarnos como la gran familia que somos? ¿Es que nuestra visión no es capaz de llegar a más allá de nuestras propias narices?