Hace semanas que no sale nada creativo de su cabeza, se frustra pensando en el miedo, miedo a mostrarse como es, miedo a la crítica, miedo al rechazo, miedo a la soledad, a seguir sintiéndose ideológicamente y emocionalmente solo. Encuentra en la bohemia el ideal, considera al arte la máxima expresión del alma, y se pregunta por qué todas esas miradas vacías. Busca y sólo encuentras su reflejo. Se pregunta por qué su bañera está llena de sangre, y por qué esa sensación de vacío. Caminar de la mano de otro jugador no le ayuda a dejar de lado la incomprensión, y más si él forma parte de otros mundos.
Su mundo es árido, en él brilla la luz, pero nadie respira y el calor sólo lo produce ella.