Eres una copia, una copia de la copia de otra copia.
Homo sapiens en cadena, jóvenes “revolucionarios y libertarios” que luchan contra una paja mental. Tu ideología se basa en ser violento y cantar canciones de esos grupos que hicieron que en tu adolescencia te sintieras singular y diferente, el centro y el culo del mundo. Te sientes especial por pensar de otra forma y acabas pensando igual que todos. Venerando al “glorioso ejército rojo”, repitiendo una y otra vez las mismas ideas cuadriculadas que aprendiste con esas canciones de esos grupos rebeldes y antisistema cuyos discos compras y a cuyos conciertos vas por más de veinte euros.
Una excusa donde descargar tu rabia y tus hormonas.
Inadaptado y víctima, algo tienes que hacer.
Quieres poner orden en un país, en una comunidad, y tu casa está hecha pedazos.
Tu vida es un desastre, no te aplicas lo que promulgas y pretendes conseguirlo a la fuerza.
Necesitas formar parte de una masa de gente que se crea diferente, “los otros”, los que abren los ojos, los que no se dejan engañar. Y no te equivocas en la idea, pero te conviertes en un borrego más. La masa está hecha para ser borrega, seguir unas ideas impuestas o inducidas.
¿Que realmente no te gusta cómo funciona la economía?, en vez de quedarte lanzando insultos por esa bocaza mientras bebes litronas en la calle, estúdiala.
¿Que los políticos lo hacen mal?, estudia política.
Lucha desde dentro, mójate.
Convertirte en un obsceno drogadicto lanzainsultos no nos va a ayudar.
Sigue quejándote cuando tus padres te pagan un piso en Madrid para que estudies, mientras “buscas trabajo” pegándote fiestas y metiéndote drogas químicas.
Pavonéate de lo poco consumista que eres al tener un teléfono móvil del año dos mil cuando te gastas más de cien euros cada semana en cocaina o spiz.
Si quieres cambiar algo, empieza por cambiar tu vida.
Mientras tanto seguirás teniendo tu plato caliente en la mesa y un papá que te compre una moto o te de dinero para “sobrevivir”, ante su mala conciencia y remordimiento al preguntarse qué hizo mal para que te convirtieras en lo que te has convertido.

.